En Correos el seguimiento
que tuvo la huelga general del pasado 26 de septiembre convocada por
la mayoría sindical vasca y decenas de colectivos sociales, no fue
el que cabría esperar para hacer frente a la ofensiva de los
gobiernos central, vascongado y navarro contra los derechos de los
trabajadores, especialmente los empleados públicos, contra los
recortes en prestaciones sociales, contra la degradación por ahogo
económico de los servicios públicos y contra las políticas que
están llevando al empobrecimiento generalizado de la mayoría de la
población.
Aún así, según Correos
más de 650 trabajadoras y trabajadores secundaron esa jornada de
huelga general en la Zona 3ª, a quienes felicitamos por el esfuerzo
realizado. Añadir que de las huelgas generales convocadas por la
mayoría sindical vasca sin el apoyo de los grandes sindicatos
estatales, la del 26 de septiembre ha sido la más secundada.
Nuestra valoración
quedaría coja si no hacemos mención al manoseado y manipulado
argumento de la unidad sindical utilizado como ariete, en Araba por
CCOO y Bizkaia por UGT, para intentar disuadir a las trabajadoras y
trabajadores de estos herrialdes de secundar la convocatoria de
huelga.
Debemos decir a estos dos
sindicatos (Que exigieron a la mayoría sindical vasca desconvocar la
huelga general como condición para iniciar un proceso de acción
conjunto) que las mayorías sindicales tienen la obligación, al
menos lo entendemos así, de liderar en su ámbito territorial las
respuestas necesarias para alcanzar los objetivos sociales,
económicos y políticos que se persiguen, especialmente y de manera
urgente en la actual coyuntura.
Ese liderazgo en su
ámbito de actuación –El estado español- es el que no vemos por
ninguna parte. No es casual que las respuestas más contundentes
producidas en el estado español frente al desmantelamiento de los
servicios públicos, el saqueo de las economías familiares y el
desastre del casi 25% de paro provengan de movimientos sociales y no
de los grandes sindicatos y partidos políticos estatales de
izquierdas. No entendemos tanta inacción.
De la misma manera,
tampoco entendemos, y nos mosquea, su ausencia de la reunión que
mantuvimos el 18 de octubre en Madrid ocho sindicatos con
representación en Correos para analizar la situación de nuestra
empresa, abordar los planes privatizadores de la SEPI y comenzar a
trabajar una unidad de acción sindical que aborde las incertidumbres
de futuro que pesan sobre Correos y la degradación de nuestras
condiciones de trabajo. Ninguno de los firmantes de los últimos
acuerdos en Correos, CCOO, UGT, CSIF y SL, se dignó acudir a la
reunión.
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